¿Cuál es el momento perfecto para viajar? La respuesta es muy simple: ¡Ahora! Podes pensar que no estás preparado, pero créenos que nunca se está lo suficientemente preparado, y eso es también lo lindo de los viajes, el desafiarse, el descubrir, el aprender.
Hay dos frases que nos gustan, una que siempre digo particularmente yo, es “El que no hace no se equivoca”, y otra, que dice “No guardes nada para una ocasión especial, vivir es una ocasión especial”.
Siempre te podés equivocar, aun cuando pienses que previste y planificaste todo al mínimo detalle. El único que no se equivoca nunca, es el que no hace nada. Entonces, es preferible equivocarse, porque errar es humano y porque cuando te equivocás, es muestra de que estabas haciendo algo. Equivocarse te enseña, te deja lecciones, es parte de la vida. Entonces, ¿qué es lo peor que te puede pasar?
La segunda frase es más una filosofía de vida. Nunca les pasó de decir, “no, este vestido no lo voy a usar, lo estoy guardando para una ocasión especial”, o una botella de un buen vino, o un buen perfume, o dinero, o algo que compraron en un viaje y les da lástima usar y no tenerlo más. Seguro si no les pasó, lo escucharon de otra persona.
¿Pero saben qué?
Hoy es una ocasión especial. No dentro de diez años, o cuando llegues a esa meta, o cuando salgas a cenar al mejor lugar. Hoy es el día para ponerte ese vestido, para usar ese perfume que te encanta, para tomarte ese buen vinito que tenés ahí guardado esperando algo que es incierto. Hoy jueves, hoy un día cualquiera, puede transformarse en un día especial.
Lo mismo pasa con los viajes… uno nunca encuentra el tiempo perfecto para hacerlo, tiene miedo a equivocarse, a gastar el dinero o el tiempo, piensa que es algo para hacer en el futuro. “Con el dinero que tengo no me da para nada, mejor viajo cuando junte el doble”, o cuando tenga el doble de tiempo, o cuando me jubile, o cuando tenga un negocio millonario, o cuando tenga una pareja con quien viajar… y así, uno va posponiendo todo lo que realmente desea.
No hablo de ser unos inconscientes y solo pensar en el hoy, seamos realistas, a uno le gusta hacer cierta futurología, planes y demás. Y en cierta forma, los viajes también son eso, son planes, porque no vas a agarrar la mochila y te vas a tomar un avión hoy. Pero si podés hacerlo, hacélo.
Créenos que, si hay algo que hemos aprendido en estos años, es que nunca existe un momento perfecto… y agradecemos cada día por habernos animado cada vez que hemos tenido dudas.
Nuestra experiencia:
Cuando planificamos nuestro viaje a Asia por primera vez, un viaje que duró casi dos meses, no nos sentíamos del todo preparados… todo aquello sería nuevo, era la primera vez que cruzaríamos tantas fronteras en un solo viaje, tantas visas, tantos idiomas distintos. También pensábamos que sería mejor hacer ese viaje con más meses disponibles, queríamos más tiempo para conocerlo todo… armar el itinerario se tornó súper difícil, porque cuando veíamos todos los lugares hermosos que había para conocer, no podíamos terminar de descartar nada. ¡Y cada vez que descartábamos algo, sufríamos!
Pensábamos si sería suficiente con equis cantidad de días para tal lugar, o si valía la pena entrar a Camboya solo para conocer los templos de Angkor, o si valía la pena el gasto en el Marina Bay Sands de Singapur… o si valía la pena mezclar invierno y verano y cargar con todo tipo de ropa durante parte del viaje. Les adelantamos que si, que todo, valió la pena.
Nos rompimos el coco tratando de definir donde pasaríamos fin de año, queríamos que fuese en un lugar donde se hiciese algún tipo de evento con fuegos artificiales, y que hiciera calor…
Luego empezamos a leer información en la web, y a veces lejos de aclararnos, terminábamos cuestionándonos aún más. Desde gente que dice que con equis cantidad de tiempo no te da para hacer tantas cosas, o que no vale la pena, hasta quienes aseguran que en dos meses solo vale la pena conocer un país, o un clima, y así. Y uno se hace un mar de dudas. Hoy viéndolo en retrospectiva, todo cambia. Pero cuando uno se enfrenta a lo desconocido, leer estas cosas no es de lo más alentador.
No es mejor viajero el que destina dos meses por país, así como tampoco lo es el que viaja más lejos. Cada uno viaja a su ritmo, a su estilo, y de acuerdo a sus posibilidades.
No todos podemos tomarnos los mismos tiempos de vacaciones o licencias, ni todos estamos dispuestos a dejarlo todo para irnos de viaje por muchos meses. No todos tenemos el mismo tipo de presupuesto, o si lo tenemos no todos estamos dispuestos a gastarnos todo en viajar. Tampoco todos tenemos los mismos gustos… no todos estamos dispuestos a hacer los mismos sacrificios, o a viajar bajo determinadas condiciones.
Entonces, ¿cómo ante una pregunta en algún foro o red social, alguien puede ponerse en el rol de maestro gurú de los viajes y decir así, sin ningún reparo, que si lo hacés de esa forma no vas a disfrutar nada? ¿O que un viaje de tal o cual forma no vale la pena? Enserio, que a veces tomarse dos minutos más de tiempo antes de responder, puede marcar una gran diferencia para el que está enredado ahí intentando planificar algo.
¿Tenés 15 días y querés conocer tres lugares?
Hacélo. Infórmate, asesórate, fíjate si es posible logísticamente y si vos disfrutarías ese tipo de viaje, pero anímate. Lo peor que te puede pasar es que te equivoques y aprendas.
Nos pasó en Bali, la primera vez que fuimos aquello fue un desastre. Llegamos híper agotados, con pocos días disponibles, sin tener idea de qué íbamos a ver. No sabíamos cómo movernos, nos alojamos súper lejos de todo, no nos animamos a alquilar una moto porque habíamos escuchado de mucha gente accidentada, y encima el primer día fue un diluvio universal. ¿Conclusión? Conocimos poco y nada, y no nos llevamos la imagen de Bali que siempre habíamos imaginado.
Aun así, tuvo su lado bueno, conocimos a un grupo de uruguayos y salimos a bailar para festejar el cumple de Gastón, la verdad que nos súper divertimos. Descansamos, hicimos un poco de playa, conocimos la parte sur de la isla, y ¡pasamos una tarde saltando como niños chicos cuando fuimos descubridores de nuestra propia playita! En fin, tuvo su parte positiva. ¿Qué aprendimos? A investigar, a ver qué cantidad de días se necesitan aproximadamente para ver un lugar en base a lo que nosotros queríamos ver.
Ahora en este viaje de Vuelta al mundo encontramos un vuelo que nos servía mucho más para ir desde Bali a Auckland (Nueva Zelanda), así que se dio la chance de volver. Esta vez analizamos e investigamos un poco más, nos animamos a alquilar una moto para recorrer la isla, y como conclusión, no solo nos encantó, sino que superó nuestras expectativas.
Te podés equivocar.
Y nosotros nos seguimos equivocando y aprendiendo, es imposible saberlo todo y conocerlo todo. Además, cada quien tiene su experiencia que está condicionada por un montón de cosas: el clima que le tocó, los días de viaje, su estado de ánimo, el presupuesto que lleva, las personas con las que se cruza, con quienes viaja, el momento de su vida en el que se encuentre… más sus gustos, su forma de ser, sus valores… todo esto influye muchísimo en el concepto que cada uno se lleva de los lugares y la experiencia que tiene.
Yo por ejemplo soy bastante más efusiva que Gastón ante cualquier lugar que conozco, soy más demostrativa, tiendo a emocionarme y estar enchufada a 220. Antes de cada viaje me obsesiono, investigo todo lo que hay para ver en cada lugar, veo videos, leo blogs, apunto datos, armo info sobre los lugares históricos, y cuando llego es como que todo me llama la atención y soy capaz de no dormir o no comer en todo el día con tal de estar recorriendo. En esto último por suerte coincidimos jaja porque sino, ¡sería difícil!
Pero en cuanto al tema de las emociones, Gastón es mucho más tranquilo. Los días previos él está normal (mientras yo me pongo una cuenta regresiva en el celu jajaja), y cuando llega siempre tiende a estar más tranquilo que yo al ver cada lugar… sin embargo, en otras situaciones él es mucho más proactivo, por ejemplo, cuando regateamos, o cuando se trata de buscar rutas en mapas, o planificar la ruta del día. En fin, cada quien tiene distintas formas de ser que influyen mucho en sus experiencias.
Hay personas, como por ejemplo nosotros, que disfrutamos un poco de todo. El frío, el calor, los templos, desiertos, montañas, manejar lo que venga, hacer actividades de aventura… nos parece que cada destino siempre tiene algo que ofrecer, y siempre, en todos los casos, nos llevamos una experiencia positiva.
Entonces si bien la experiencia de otros viajeros te súper sirve para armar tu viaje, para hacerte una idea del lugar y demás, creo que es fundamental primero que nada que conozcas si su tipo de viaje se acerca al tipo de viaje que te gusta a vos.
Por ejemplo, hay muchísimos blogs de viajeros que viven de viaje con tiempo ilimitado, entonces si bien la información te va a ser súper útil para planificar tu viaje porque tal vez al tener más tiempo hayan hecho una ruta súper completa, vas a tener que adaptarlo a tu forma de viaje. ¡El concepto del “tiempo” cambia mucho dependiendo de cuánto de él tengas disponible!
Lo mismo pasa con el presupuesto, tal vez lees un blog de alguien que viaja con muy bajo presupuesto y a vos te gustan las comodidades, o para vos viajar es mimarte con buenos hoteles… o lees info de un blog donde se la pasan en hoteles 5 estrellas, y eso no es lo que vos querés hacer en tu viaje.
Otra cosa que NO te recomendamos (aunque lógicamente, cada uno puede hacer lo que se le antoje porque en definitiva es su viaje, y de eso estamos hablando), ¡es copiar íntegramente los viajes que hicieron otros! A ver, muchas veces te puede resultar cómodo, no decimos que no. ¿Pero no es mucho más lindo planificarlo de acuerdo a lo que te gusta a vos?
Últimamente hemos visto una tanda de viajes cortados con la misma tijera, donde se repiten exactamente los mismos itinerarios. Exactos: misma ruta, misma cantidad de días, mismos hoteles, ¡mismas fotos! Podés tomar ideas, hacer una ruta similar, acá no hay que inventar la rueda… pero creo que siempre ese toque personal o la diferencia entre los gustos de las personas hace que uno incluya variantes, modificaciones, mezclas. Enserio, que es mucho más divertido hacer lo que vos tenés ganas, aunque no sea tan popular, o aunque no sea lo que esté más a la moda.
No tenés porque hacer ese mismo viaje, que no te de miedo variar las rutas, los días, mezclar países. Nadie dice que es mejor viajar por un solo país por vez, tal vez es tu viaje soñado para el cual ahorraste mucho y que sabés que por un tiempo no vas a poder volver a hacer (por tiempo, por dinero, o lo que sea), entonces capaz querés conocer los lugares que siempre soñaste sin importarte mucho el mandamiento de “un país a la vez”. ¿Me explico?
No hay que tratar de amoldarse a nada, de hacer lo mismo, porque un poco ahí se pierde la esencia de viajar por nuestra cuenta o por libre…
Entonces ahí empiezan las dudas o comparaciones, el pensar que uno no está preparado, o dudar de su viaje. “Todos dicen que este es el mejor itinerario, que lleva 21 días… pero tengo 15 días, entonces no me va a dar para nada, mejor no lo hago ahora, espero a tener los 21 días”. Pero, ¿por qué no cuestionarse si es posible adaptar ese itinerario a tu tiempo disponible? ¿Y si alguien dijera que se hace en 85 y no en 21?
En esta vuelta al mundo ya viajamos mucho más decididos y sin cuestionarnos tanto.
Es nuestro viaje, el que siempre soñamos, y queríamos hacerlo de determinada manera, incluyendo determinadas experiencias, retos, climas… queríamos extremos, contrastes, diferentes culturas. Y así lo hicimos. Para quien viaja con tiempo indefinido seguro es poco tiempo, para quien viaja en sus vacaciones estándar seguramente es muchísimo. Para quien viaja con bajo presupuesto seguro es mucho, para quien vive de lujo seguro poco. Es decir, siempre depende del ojo con el que se lo vea.
Para nosotros, no hay dudas. Fue la mejor vuelta al mundo del mundo mundial. ¿Por qué? Porque la armamos de cero. Porque no vimos un itinerario igual. Porque no seguimos la regla de “todo verano”. Porque nos clavamos con las camperas de invierno, pero pisamos la Siberia en enero. Porque cruzamos Rusia en tren, pero vimos cebras en áfrica, y manejamos moto en Filipinas…
Porque volvimos a muchos lugares sin pensar en si sumábamos o no países, porque descartamos algunos por la simple razón de que no nos llamaban en ese momento por más que fueran híper famosos, porque descartamos lugares por el trámite de una visa, o sumamos sobre la marcha otros por ganas o conveniencia de hacerlo así en el momento. Porque nos fuimos hasta Bora Bora y se nos fue de las manos pero fuimos felices y cumplimos un sueño. Porque hay gente que tal vez prefiera comprar muchas cosas, pero nosotros preferimos invertir en experiencias.
Porque nuestro viaje de vuelta al mundo fue para arriba y para abajo, para atrás y para adelante, porque ese enredo y desenredo es lo que lo hizo único. Es nuestro enredo 🙂 Y salió divino, y fuimos felices. Y somos felices.
¿Estás dudando? ¿Pensás que no estás preparado? ¿Que nunca vas a tener suficiente dinero o tiempo? ¿Que no es el momento, que mejor esperar a dentro de tres años cuando ahorres más? ¡NO!
Animate.
Porque no sabes si en tres años vas a poder, porque tal vez nunca sientas que tenés el suficiente dinero, porque capaz dentro de unos años los templos que tanto querés conocer ya no están en pie, o las playas con las que tanto soñaste durante toda tu vida están destruidas.
No te decimos que corras ya a hacer una locura, ¡pero sí que te animes a planificar ese viaje, y hacerlo! Que dejes de posponerlo y de auto boicotear tu propia idea. Y lo que es más importante, a hacerlo como vos sentís que querés hacerlo. Cuando mires para atrás te vas a arrepentir más de lo que no hiciste, que de lo que te animaste a hacer.
Mirá sino como terminé conociendo yo mi séptima maravilla del mundo… claro que quería tener más tiempo para conocer miles de lugares en Perú!! Y cruzar a Bolivia… seguir por ruta rumbo al sur, llegar hasta Torres del Paine en Chile, ¡la Patagonia en Argentina y el Calafate! Perito Moreno, y ya que estamos, seguimos para la Antártida… y ¡qué lindo, hacer un roadtrip hasta Alaska! Claro, ¡¡este viaje no se hace en 5 días!! ¿Y por esto me voy a quedar sin conocer Machu Picchu? ¿No suena ilógico?
Bueno, esto mismo es lo que pasa a mayor o menor escala cuando nos cuestionamos todo, y no vamos a un lugar porque bueno, 15 días son pocos, 1 mes es poco, 6 meses son poco… tenemos que amoldarnos y animarnos, porque nunca las condiciones van a ser perfectas, porque a veces hay que sacrificar cosas. Pero siempre, lo peor es no hacer nada.
Ya que estamos con las frases, hay una que dice algo así como que si realmente tenés ganas de hacer algo encontrarás la manera, y sino, encontrarás la excusa. Y aunque suene exagerado, en cierta forma es así.
Muchas veces escuchamos que la gente dice “No, yo ya no puedo viajar, tengo el dinero, pero estoy grande para viajar, eso es para gente más joven”. O “Ustedes porque no tienen hijos todavía, pero con un niño chico, imposible” … y déjenme decirles que están equivocados.
Es verdad, no tenemos hijos, pero la cantidad de familias viajeras que nos hemos cruzado en lugares impensados, es impresionante. Incluso en Filipinas nos cruzamos con una pareja joven con dos niños pequeños, uno un bebé aún y el otro de más o menos 3 años. La mamá llevaba la mochila en la espalda y al más peque adelante enganchado, y el papá llevaba su mochila y al más grandecito a upa. ¿Qué tal? Mochileando por Filipinas…
En Machu Picchu vi una señora de bastón subiendo a su ritmo las escaleras y maravillada por conocer ese lugar. Y nos sentamos juntas mientras comíamos nuestra fruta de media mañana y ella descansaba las piernas. En los templos de Angkor nos cruzamos a un señor de cincuenta y pico, con una pierna enyesada recorriendo los templos con muletas. Iba acompañado de su hijo de aproximadamente nuestra edad, con un calor infernal y cientos de escalones a su paso. Feliz de la vida.
En El Cairo charlamos con una pareja mayor de canadienses que estaban en el mismo hostel que nosotros, el sueño de toda la vida de ella había sido conocer las pirámides y el señor había preparado este viaje sorpresa para que ella cumpliese ese sueño. Imagínense dos personas grandes, retiradas, de un país tan ordenado como se nota que es Canadá (aunque aún no tenemos la suerte de conocerlo, sabemos mucho del país y tenemos una gran amiga canadiense), en la locura del Cairo, y encima, en un hostel. Ella todas las tardes subía a la terraza del hostel a ver el atardecer con las pirámides de fondo. Y el, la observaba a ella ver el atardecer con las pirámides de fondo. Estaban cumpliendo su sueño.
En Hong Kong conocimos a un chico de Países Bajos (Holanda) con una parálisis en la mitad de su cuerpo, que estaba iniciando un viaje por el sudeste asiático, solo. Él decía que era más difícil, claro, que tenía que investigar más a la hora de elegir lugares que visitar, ver la accesibilidad, que los hospedajes no tuviesen escaleras, en fin, suponía ese trabajo extra… pero que él no iba a dejar de vivir su vida y hacer lo que tenía ganas de hacer.
Y podemos seguir así con muchísimos ejemplos que nos hemos cruzado. Hay gente que viaja con poquísimo dinero, utilizando sistemas como couchsurfing para hospedarse y haciendo dedo en lugar de tomar otros medios de transporte.
Si tenés las ganas, tenés el dinero, tenés la salud, tenés el tiempo… aunque no sean los perfectos, aunque no sean ideales, aunque te quedes con ganas de más, anímate. Porque una cosa es exigirse para que las cosas salgan mejor, y otra es dejar de actuar. Quedarse inmóvil por miedo a que no sea perfecto.
¡El momento perfecto es ahora, no te olvides de eso!
¿Cuál es ese próximo viaje que tenés en mente? ¡Contanos! Y a ver si entre todos sumamos esa energía que te dé el empujoncito final 😉
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