Todavía parece que fue ayer. Parece que fue ayer que empezamos el blog. Parece que fue ayer que cumplimos un año y escribimos este artículo festejándolo desde Budapest, durante nuestro viaje de Vuelta al Mundo.
Mucho ha pasado desde aquél día en 2015, cuando pensamos en crear el blog. Porque si bien el día que decidimos darle un lanzamiento oficial fue el 16-1-16, en realidad, empezamos con todo lo que el blog implica allá a mediados de 2015. Fue ahí cuando nació la idea, al regreso del viaje que nos marcó, cuando nos aventuramos al Sudeste Asiático en 2014/2015.
Esos meses durante 2015 nos dedicamos a aprender, a armar la web, a escribir los primeros artículos, a pensar todo desde cero. Cómo queríamos que fuera, qué contenido queríamos ponerle, qué queríamos contar. ¡Desde el nombre!
Y hoy por hoy puede parecer tonto, pero crear la idea de cero, fue difícil. La cantidad de horas, de trasnochadas, de hojas y hojitas haciendo bocetos que pusimos, de verdad que fueron muchas. Los quebraderos de cabeza aprendiendo como poner una foto de tal o cual forma, o como solucionar algo que había quedado mal.
Y finalmente, tanto trabajo vio la luz. Nos animamos. Llegó el día, y se lo mostramos al mundo. El resto, es historia, y se los contamos en nuestro primer cumple (si no lo leyeron pueden hacerlo acá).
Parece que fue ayer, pero a la vez, ¡tanta agua pasó bajo el puente! ¡Tantos viajes! Sin duda alguna, estos últimos han sido los años más viajeros de nuestras vidas.
Este segundo año del blog, lo empezamos durante nuestro viaje de Vuelta al mundo, con meses de viaje aún por delante. Estábamos en Budapest, en un apartamento precioso que alquilamos cerca del puente de las cadenas, viendo los copos de nieve caer por la ventana, cuando festejamos este primer año. Cuando brindamos el habernos animado, y decidimos hacer un artículo a modo de festejo. Y para no romper esa tradición que iniciamos, hoy, vamos con el festejo de este segundo añito 🙂
Viajes durante el segundo año del blog: La Vuelta al Mundo!
Este segundo año del blog, también se vino con todo… y si 2016 había sido increíble, 2017 no se quedó atrás.
Hungría:
Visitamos Budapest, una ciudad que se transformó instantáneamente en una de nuestras favoritas de Europa. Lo tomamos con calma, dedicamos varios días a descansar, a adaptarnos al clima frío de nuevo, ¡a lavar ropa! Porque no solo de paisajes increíbles vive el viajero: también nos toca lavar la ropa 😛 Recorrimos sus calles, sus bares, sus hermosos puentes.
Rusia:
Luego, llegó el turno de la gigante, y una de nuestras favoritas: llegó el turno de volver a Rusia. Nos esperaba un mes de frío gélido, lleno de aventuras, cruzando el país más grande del mundo, y dos continentes, en la travesía en tren más épica y más larga de todas: El Transiberiano.
Primera ciudad elegida: San Petresburgo. Allí fue donde todo comenzó. ¡Qué frío! Si pensábamos que Budapest había sido frío, no teníamos ni idea. Llegar a San Petersburgo en pleno enero, nos heló hasta los huesos. Otra vez, elegimos alquilar un apartamento, y tomarlo con calma. Y eso hicimos.
Fuimos a hacer el surtido al súper, comimos comida casera, miramos series por la noche luego de jornadas gélidas de paseo, y por supuesto, nos recorrimos todito. Ah, si, otra vez: lavamos ropa. Es que había que aprovechar el tener un lavarropas, así que lavamos hasta las mochilas de mano (literalmente).
La sensación de estar como en casa, pero salir a hacer el surtido y pasar por el Hermitage, fue impagable.
Finalmente, luego de varios días, decidimos que era hora de movernos. En un viaje en tren que fue como un viaje al pasado, el Flecha Roja, nos fuimos hasta Moscú.
Otra vez, luego de poco más de dos años, estábamos ahí. Recorrimos la plaza roja, entramos al Kremlin, las paradas de metro, salimos otra vez a bailar, y visitamos los lugares más emblemáticos de la ciudad. No hay dudas, si nos preguntan, y si bien San Petersburgo nos encantó, Moscú sigue siendo la ganadora. Esa ciudad es espectacular, es imponente, es magnificente.
Luego vino la visita a Vladimir y Suzdal, el perder el bus y no saber cómo nos iríamos y si llegaríamos a tiempo, el volver a Moscú para empezar la travesía más espectacular de todas. El transiberiano. Nos surtimos de sopas instantáneas y algunas otras delicatessen, y nos embarcamos. Primera parada, Kazán.
Así transcurrió este viaje, llegó el momento de cruzar a Asia, las horas de tren, las charlas, las reflexiones, el paisaje blanco por la ventana… la provodnista picando el hielo debajo del tren en cada parada. Las sopas de samovar. El ahorcado, el truco, el tuti frutti, las horas de escribir en el tren, las horas de suponer e imaginar la vida de las personas que nos íbamos cruzando, no poder creer cómo viven en lugares tan pero tan hostiles e inhóspitos.
Llegó el turno de Novosibirsk. Habíamos llegado a la Siberia. Si habíamos sentido frío antes, es porque no habíamos pisado aún la Siberia en invierno. Se nos heló todo, más allá de los huesos. Todo aquello que quedara al descubierto, ardía, punzaba. Nunca habíamos sentido tal frío. Así y todo, salimos a recorrer la Siberia.
Cada par de cuadras nos metíamos al reparo de algún comercio o tienda, y así, fuimos visitando lo que teníamos en mente. La verdad sea dicha, para nosotros, la travesía, el viaje en sí, era el transiberiano. Conocer la vida de los rusos, cruzar la arteria principal de este país tan fascinante, verlo en invierno. Y así lo tomamos.
Luego, mil horas más de tren. Y llegamos a Irkutsk. Y fuimos hasta Listvyanka, y caminamos sobre el lago más profundo del mundo, el lago Baikal, congelado. Y casi nos congelamos nosotros. Pero igual, hice el angelito en la nieve ante la mirada de Gastón que no daba crédito a mi locura jaja y me helé, y fui feliz. Y montamos un show de patinaje sobre hielo sobre el lago, nos sacamos fotos, y corrimos a deslizarnos por el hielo. Ahora la locura era compartida.
Luego… miles de horas más de tren, el tramo más largo rumbo a Vladivostok. 69 horas, sin escalas. Cruzando ahora sí, las tierras más desoladas y blancas que hemos visto jamás. Perdiendo la noción del tiempo y del espacio entre café, sopa, y semillas de girasol que íbamos pelando mientras mirábamos aquellos paisajes. Tiempo, era lo que nos sobraba.
Y finalmente, después de cerca de 10.000 km en tren (9.288 de la Ruta del Transiberiano más el trayecto de San Petersburgo a Moscú), después de días y días de viaje, luego de cruzar 8 husos horarios, lo habíamos logrado. Estábamos en Vladivostok, estábamos en el pacífico. Habíamos cruzado el país más grande del mundo, por la vía férrea más larga del mundo. Festejamos, corrimos, nos abrazamos cual locos de remate de aquél mojón que indicaba que lo habíamos logrado.
En Vladivostok decidimos descansar y parar, dormir un poco en una cama normal, disfrutar del tener una ducha a disposición, del que no se moviera el suelo bajo nuestros pies. Recorrimos la ciudad, y planificamos los pasos a seguir. Fue acá que conseguimos los vuelos fabulosos que nos permitieron cumplir el sueño de visitar la Polinesia Francesa e Isla de Pascua, por el mismo precio que nos costaba volver de Oceanía a Uruguay. Festejamos con pizzas de delivery y cerveza, como en casa 🙂
Hong Kong y Macao:
Luego, llegó la hora de dos lugares que son China pero no son China. Hong Kong y Macao. Hong Kong nos fascinó, y terminamos quedándonos mucho más. Su locura, sus luces, su intensidad… su ritmo incesante. Tuvimos nuestra primer experiencia en Couchsurfing, y fue de las mejores decisiones del viaje. Nos divertimos como niños en Disney, hicimos un trekking que puso en evidencia nuestra falta de entrenamiento, y conocimos el buda Gigante.
De ahí, llegó el turno de Macao. De conocer una mezcla entre lo que uno imagina de Las Vegas, con china, con Portugal. De no saber si estás en Brasil, ver a lo lejos la torre Eiffel iluminada, y al rato una góndola paseando por los canales de Venecia. Macao, vale la pena.
Filipinas:
Después vino la hora de la playa otra vez 🙂 Hola, Filipinas, nos volvemos a ver. Visitamos Bohol, y no pudo ser una mejor decisión. Playa, snorkel, atardeceres espectaculares, paseos en moto, cataratas, paisajes verdes, ríos. Sentir el calorcito de nuevo, el viento en la cara, los pelos llenos de sal. Esforzarse para rememorar el frío de la Siberia, y no poder creer que estábamos ahora en la playa.
Indonesia:
Luego, Indonesia: otra vez, Bali. Dicen que las segundas partes no son buenas, peeero, en este caso, no solo fue buena, fue mejor aún. Habíamos dudado si ir o no ya que era temporada de lluvias, pero la decisión no pudo haber sido mejor. Disfrutamos de Bali al máximo, y el haber ido tal vez con la idea de tomarlo como viniese, sin estresarnos por el clima, o por lo que fuere, nos hizo disfrutarlo aún más si se puede. Recorrimos km y km en motito, volvimos haciendo ruta de madrugada, lo hicimos a nuestro antojo…
Nueva Zelanda:
Desde Indonesia llegó el turno de Nueva Zelanda. Visitamos a una amiga después de muchos años, y llegamos justo para su festejo de cumpleaños. Pasamos unos días en familia, como en casa. Nos mimaron y nos malcriaron un poco, paseamos, charlamos, y comimos… mucho jaja. Luego recorrimos ambas islas en auto, que conseguimos por Relocation, con lo que nos ahorramos bastante en esos días. También aprovechamos para dormir… ¡en el auto! Y de nuevo, ahorramos bastante. Era necesario, más teniendo en cuenta lo que se venía 😉
Vimos montañas, playas, ríos, lagos cristalinos, nieve, arena, volcanes, glaciares, fiordos… vivimos aventuras increíbles, picnics con vistas a los mejores paisajes naturales, y sin duda, mucha paz.
Polinesia Francesa:
Después de muchos km de ruta… llegó el próximo destino. Llegó la hora de la mismísima, Polinesia Francesa. No podíamos creer que fuese real. Tahití, Moorea y por supuesto, Bora Bora, fueron las elegidas. Y no pudimos haber tomado mejor decisión. Cada una de ellas con un encanto único y especial, cada una, con su propia impronta.
La salvaje Tahití, llena de cultura, verde, y playas cristalinas de arena negra. Moorea, la cristalina de arenas blancas. La de los motu, la del snorkel perfecto, de aguas transparentes y arena blanca y fina como el harina. La de Moana en la película. La del verde emergiendo de un celeste perfecto.
Y por último: el paraíso. Bora Bora. La inconfundible, la única, la que al verla del avión me hizo largar unas lágrimas. La de colores imposibles, la del volcán espectacular emergiendo del agua, rodeada de un lago de agua salada cristalino y lleno de vida marina. La de casitas sobre el agua, horas de paddleboard, tortugas, mantarrayas, atardeceres de mil naranjas y rosados, peces de todo tipo y color. La de piso de cristal, y piscinas fabulosas, y todo lo que siempre soñamos, pero mejor.
Chile: Isla de Pascua.
Llegó la hora de despedirse del paraíso, y terminar este viaje único con la frutilla de la torta. La mística, la mágica, Isla de Pascua. Los días que vivimos en medio del pacífico, en el lugar habitado más remoto de la tierra, fueron de los mejores días viajeros. La libertad, la sensación de estar tan lejos de todo, la magia que se respira ahí, es algo que no vamos a olvidar nunca. Saberte en un lugar así, es una sensación que nos cuesta describir con palabras.
Después de esto, una breve parada en Santiago, y finalmente, Uruguay. Estábamos en casa. Habíamos girado en redondo el mundo. Habíamos visitado los 5 continentes, los dos hemisferios. Lo habíamos logrado, y había salido todo perfecto.
El resto del año transcurrió entre escapadas en el paisito entre familia, una innegable depre post viaje, y mucho, pero mucho contenido por procesar para el blog. Y por supuesto, planificación de nuevos viajessss!!! No podía ser de otra manera, ¿verdad?
No cabe duda, año a año, la cosa se pone cada vez mejor 🙂
El blog.
Cuando cumplimos el primer año, éramos 21.000 viajeros por Facebook, y 16.000 por Instagram. Hoy somos 28.000 viajeros en Facebook, y nada más y nada menos que ¡¡33.000 en Instagram!! Ni nosotros aún lo creemos. También estamos en Twitter, donde si bien estamos menos activos (no es nuestra red social favorita) somos ya 545 viajeros.
¡¡Más de 61 mil viajeros 360 en redes sociales!! La cantidad de comentarios, mensajes privados, mails, y mensajes de todo tipo que recibimos, es muchísima. De hecho a veces, nos supera. Intentamos responder todo, y a veces la verdad sea dicha, nos cuesta mantenernos al día.
Subimos contenido a Instagram prácticamente a diario, y durante el viaje intentamos compartir por stories también. En Facebook también compartimos semanalmente, ya sea fotos, artículos nuevos que subimos al blog, videos nuevos del canal, o artículos del blog que tal vez aún no han leído.
También estamos por twitter, y aunque no toooodos los días, si que estamos por ahí, publicando el nuevo contenido, retwitteando noticias e info de interés para otros viajeros, e informándonos también nosotros.
✈️🌎🌍🌏👉🏻 https://t.co/4y6dP5XSJT #vueltaalmundo #roundtheworld #travel #viajar #viajeros
— Viajeros360 (@Viajeros360com) January 7, 2017
Luego del viaje, hemos subido contenido nuevo al blog mes a mes, y batimos nuestro propio record de visitas mensuales.
Como si toooodo esto fuera poco, empezamos a ponerle fuerza al canal de Youtube. Ya tenemos 33 videos subidos, y empezamos a subir la serie de vuelta al mundo. Si!! Vamos a subir todo el viaje a Youtube, todos los videos que fuimos grabando de este viaje tan especial.
Ya vamos por el Vlog 20, y somos 500 viajeros por allá, así que si querés apoyarnos en este nuevo emprendimiento que es el canal, y venirte de viaje con nosotros por el mundo, suscribite para no perderte nada!
Como ven, estamos por todos lados jaja ¡Si! Y no podemos estar más felices de que así sea. De leer sus comentarios, de saber que somos tantísimos, de los mensajes que nos llegan ya sea con dudas o agradecimiento. De nuevo, y como dijimos el año pasado cuando cumplimos un año, no sabíamos si alguien nos leería cuando nos aventuramos en esta idea… y hoy, dos años después, no podemos creer como seguimos creciendo cada día.
Si bien uno le pone todo seamos cuantos seamos, es imposible no sentir cierta responsabilidad al saber que definitivamente, ¡¡somos muchísimos!! Y así como en su momento nos dio cierto pudor lanzar el blog, este año, eso mismo nos pasó con Youtube, y estamos no solo satisfechos, sino felices de como se viene dando el resultado. Y si, es verdad, al principio nos costó lanzarnos, y nos dio un poco de vergüenza.
Pensar que tenemos en el canal un video que lo han visto hasta el momento más de 20 mil personas, es increíble para nosotros. Y además de increíble, da un poco de pudor jaja Durante el viaje de Vuelta al mundo grabamos muchísimas horas de video… y la verdad que al principio, costó un poco. Como todo, es un tema de práctica, de animarse, y de soltarse. Y creo que eso se puede ir viendo a medida que van avanzando los videos del viaje, como cada vez nos fuimos soltando más.
Pero no hay algo que nos guste más, que los nuevos desafíos, así que eso hicimos, desafiarnos y ponerle todo. Y lo seguimos haciendo hoy, que estamos procesando todo el contenido que trajimos de este viaje tan increíble.
Pensando cómo podemos transmitirlo mejor, cómo podemos llevarlos de viaje a esos lugares, cómo podemos ayudarlos en la planificación de sus viajes, o simplemente, inspirarlos, mostrarles el mundo, en fin, compartir esto tan lindo y que tanto nos apasiona. No hay como ponerle energía a algo que uno realmente ama hacer. Creo que ese amor que ponemos a todo se nota, y de hecho muchos de ustedes nos lo han dicho. Eso, es impagable.
Nosotros no vivimos de esto, tenemos nuestros trabajos, e intentamos encontrar tiempo para conjugar todo y no descuidar este emprendimiento del que tanto disfrutamos y que tanto nos gusta. Intentamos encontrar tiempo para planificar los viajes, así como para dedicarle a todo esto que es el blog, el canal y nuestras redes sociales.
De verdad que, como ya lo hemos dicho alguna vez, somos bastante perfeccionistas, y nos exigimos hacer un contenido de calidad. Que la web sea amigable, que sea estéticamente linda y clara, que tenga buena navegabilidad y sea rápida. Que encuentren fácilmente la información que estén buscando. Que el contenido más nuevo esté a la vista, que esté ordenado.
Nos gusta elegir las fotos y que tengan relación con lo que van a leer. Que los artículos o posts sean interesantes, que tengan contenido que les sirva, que sean útiles, inspiradores… y que a su vez no pierdan la calidad, que no contengan errores tanto de contenido como de ortografía, que quien entre a nuestros artículos no se encuentre con 2 párrafos y una foto. Que valga la pena entrar a leernos. Nos gusta mantener nuestra esencia, no perder de vista quienes somos y cómo nos gusta contar las cosas, ser fieles a nuestro propio estilo.
También esto pasa con nuestras redes sociales, donde intentamos subir contenido de mejor calidad cada día, ya sea en Instagram donde tal vez estamos más activos, como también en Facebook. Contarles ya sea datos, tips, info sobre nuevos lugares, motivación para cada día, lugares nuevos para sumar a su bucketlist.
Y por último, el canal de YouTube. Donde realmente pueden ver momento a momento de este gran viaje, donde seguramente puedan conocernos aún mejor. Lo que ven es lo que somos. Vivimos haciendo chistes, jugando, y hacemos bastantes pavadas (bah, yo hago bastantes pavadas jaja). Gastón siempre me hace bromas diciendo que por fuera parezco seria, pero por dentro voy con una cara como la de la foto ajajj
Dormimos en cualquier lado, pero también nos gusta “el color” y los lugares famosos, tenemos una especial debilidad por las travesías y desafíos, por las piscinas espectaculares, por las playas, las islas, y por superarnos día a día. También van a poder ver que nos enojamos, resongamos, alguna que otra vez nos quejamos, y contamos todo tal y como lo vivimos. Creo que esa es la clave, no perder de vista que cada uno tiene su forma de ser, y eso, es lo que lo hace único. Les mostramos y les contamos nuestras experiencias, con todo lo que eso lleva.
El único camino en todo esto, es ser uno mismo. Como les decía antes, este no es nuestro trabajo, es algo que hacemos porque es lo que más nos gusta hacer. Viajar y compartir los viajes por medio de esta plataforma, por medio de esta comunidad que es Viajeros 360, se ha transformado para nosotros en un estilo de vida.
Antes de empezar veíamos mil blogs que empezaron y fueron abandonados al poco tiempo, y no podíamos evitar preguntarnos si nos pasaría, nos daba miedo empezar algo que pudiese quedar abandonado. Nos preguntábamos si llegaría un punto en el cual nos superase, nos cansase, o simplemente dejase de ser divertido para nosotros. Si el tomarlo con responsabilidad no haría que nos terminase agotando. Si nos encontraríamos con dificultades que nos dieran ganas de dejarlo, si viajar grabando a diario o tomando fotos ya pensando en un blog se nos haría denso. Si dejaríamos de disfrutar de los viajes de la misma forma… no podíamos permitirnos esto.
Después de todo, trabajamos y ahorramos mucho para poder hacer cada viaje, dejar de disfrutarlos no era una opción.
Y acá estamos hoy, a dos años del lanzamiento del blog y a casi tres de que empezamos a trabajar en él. Acá estamos hoy, no solo sin haber perdido las ganas, sino todo lo contrario. Acá estamos hoy, después de un viaje de meses y meses, donde cada día cargábamos mil baterías, bajábamos memorias enteras de fotos y videos, y pensábamos en grabar y sacar fotos de cada lugar para luego poder compartirlo. ¿Y saben qué? Sí, es verdad, lleva un esfuerzo y una dedicación extra, que de hecho es muy grande. Pero la incorporamos al viaje, y lo disfrutamos como parte del mismo.
Nos terminamos dando cuenta de que, aún antes del blog, ya sacábamos un montón de fotos, y le poníamos tanta dedicación como ahora. Nos dimos cuenta de que antes también grabábamos, lo único que había que hacer ahora, era cuidar un poco más la calidad y el audio (y si, dejar de mover la cámara jaja). De hecho, si miran este video, acá no había ni miras del blog, y sin embargo grabábamos hablándole a la cámara para luego mostrarles a todos los conocidos tipo tour, el hotel por dentro jajaj
Nos dimos cuenta de que lejos de padecerlo, ¡¡nos encanta hacerlo!! Y nos damos cuenta también ahora, cuando vemos las filmaciones y las fotos, cuando recordamos los viajes a través de ellos.
Nos dimos cuenta de que, aun estando de viaje, nos tomamos tiempo para escribir para el blog, y que si bien no lo publicamos tal vez por falta de tiempo en el momento, nunca dejamos de estar activos y contar en qué andábamos así fuese por redes sociales o a través de algún post como este sobre el primer mes de Vuelta al Mundo, o este de cuando cumplimos un año.
Hoy después de dos años, nos dimos cuenta de que seguimos igual o más motivados, que hemos sorteado las dificultades técnicas que hemos tenido, que hemos aprendido, que hemos generado contenido nuevo, y que nunca, dejamos de publicar y estar en contacto con ustedes.
En estos dos años, el blog se ha transformado en un proyecto que ocupa gran parte de nuestro tiempo, del cual disfrutamos muchísimo y nos sentimos orgullosos. Tal vez por todo esto, es que no lo hemos abandonado nunca. Ni pensamos hacerlo tampoco. Y cuando hablamos de blog hablamos en general, de todo lo que hemos dicho antes, de todo lo que conforma Viajeros 360.
No somos perfectos, tal vez durante los viajes nos damos cuenta de que no grabamos una situación, o no contamos tal o cual cosa, ¿pero saben qué? Esa es la naturalidad que no queremos perder. No queremos ser esclavos de la cámara, queremos transmitirlo con ganas, y porque realmente es lo que sentimos y disfrutamos hacer en ese momento.
De nuevo, a quienes están desde el principio, ¡gracias por estar y seguir ahí! Y a quienes se han sumado en este segundo año, ¡también gracias por sumarse!
¡¡GRACIAS!! Gracias por estar del otro lado. Por leernos, por ver nuestras fotos, por tomarse el tiempo. A vos, que nos conocés personalmente, nos encanta que cuando nos cruzamos nos digas que viste el video o leíste el artículo. Si me conocés poco, seguramente pensabas que yo era una persona mucho más seria (tal vez tenga que ver con mi profesión), pero al verme paveando en algún video, cambiaste tu idea de mi… ¡sentite libre de decírmelo en los pasillos de la empresa! Jaja O en ese cumpleaños de una conocida de un conocido!
A vos, que no nos conocés personalmente, pero que sentís como si nos conocieras… ¡escribinos! ¡Así sea para saludarnos! A veces demoramos en responder, o se nos entrevera lo que respondimos y lo que no… nos pasa de ver un comentario que fue hace mucho tiempo, y decir “Qué vergüenza, ¿respondo o no respondo?” jaja Pero téngannos paciencia, intentamos responder todo y estar por todos lados.
Nos encanta recibir sus mensajes, ni que hablar de cuando nos cuentan que finalmente hicieron ese viaje que estaban planificando, o que les sirvió la info que leyeron en el blog. Enserio, que es lo que más nos motiva a seguir haciendo lo que hacemos, saber que de ese lado hay personas tan reales como nosotros, que aman viajar tanto como nosotros, y poder compartirlo entre todos.
Nos encanta recibir sus recomendaciones sobre nuevos lugares, preguntarles cuáles son sus próximos viajes, o los últimos, o que lugares sueñan conocer. Porque sentimos que si, que no esperábamos hacer lo que más nos gusta, y encima, ¡recibir tanto!! No pensábamos llegar a ser tantos, o que nos leyeran tantas personas, ni acordarnos de los nombres de tantas personas que nunca vimos en persona solo por el hecho de hablar siempre o ver sus comentarios por redes sociales.
Sepan que nos ayudan difundiendo lo que hacemos, compartiendo en sus RRSS las publicaciones, ya sea los artículos, videos o fotos. Nos ayudan recomendando a sus amigos el blog, suscribiéndose al canal, siguiéndonos por Facebook, Instagram y Twitter. Y no, no nos ayudan porque nos paguen por ello, de hecho, hoy en día esto no es así (aunque no estaría mal jaja).
Nos ayudan porque ese es el sentido del blog, en definitiva, ser cada vez más, seguir creciendo, crear cada día una comunidad de viajeros más grande y más linda. Sepan que no hay que ser especiales para viajar, solo hay que animarse.
De nuevo, GRACIAS Y UN MILLÓN DE GRACIAS.
Hay viajeros 360 para rato, esto recién empieza. ¡¡Por muchos años más juntos!!
