Hotel Capsula en Tokio - Viajeros 360 | Blog de viajes
Historias 360 Japón

Hotel Capsula en Tokio

Escrito por Karina

Alguna vez escuchaste hablar de un hotel cápsula? Suena raro, no? Te contamos de qué se trata, y nuestra experiencia en un hotel tan distinto!

Un hotel cápsula es un hotel donde en lugar de rentar una habitación, lo que se renta son literalmente, cápsulas. Una cápsula es una especie de cabina, las hay de una plaza y de dos. El tamaño es un poco más grande que el de una cama de las dimensiones antedichas, y de alto, uno entra sentado. Dentro únicamente está el colchón con sus correspondientes sábanas, ventilación, un estante pequeño a modo de mesa de luz, una tv mini incrustada en el mismo material de la cápsula, enchufes (muy importante) y una cortinita que uno engancha para “cerrar” su habitación.

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Las cápsulas están en fila, una al lado de la otra y una encima de la otra. Es decir, hay capsulas a nivel del piso y otras con escalerita que son arriba.

Por lo general todos los hoteles cápsula que vimos en nuestra búsqueda, son solo para hombres. Pero encontramos este, el Kiba hotel, el cual es mixto y cuenta con capsulas de dos plazas para parejas.

Ustedes dirán… y mis cosas? Donde las dejo?

Bueno, los hoteles cápsula, son toda una experiencia, más allá de la capsula en si, y es un poco lo que venimos a contarles en este post.

La reserva la hicimos vía Booking.com. Y si bien nos costo casi lo mismo que un hotel normal, la experiencia nos parecía que valía la pena, además de estar bien ubicado para movernos en la ciudad.

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Al llegar, en la recepción nos dieron la bienvenida y nos indicaron un lugar allí mismo en la recepción, separado solo con un biombo, donde habían unos estantes donde dejar nuestras mochilas. Simplemente nos daban un numerito como comprobante de cada mochila que dejamos. No había candados, era todo abierto, al lado de la puerta… al principio debo confesar que desconfié, pensé, nos van a robar todo! Pero nada más lejos de la realidad.

Acto seguido, luego de dejar nuestras mochilas, nos dieron una llavecita y nos llevaron a la zona de lockers. Ahí nos hicieron entrega de piyamas y unas pantuflas nuevas. La zona de lockers se encuentra en planta baja, al lado de la recepción. Los lockers son pequeños, tienen el tamaño justo como para dejar la ropa que uno usó en el día y cosas pequeñas que querramos dejar tal vez bajo llave. Ya en ese lugar vimos mucha gente de piyama y pantuflas, como si nada, circulando por el hotel… pensamos…»que raro!»

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Luego de dejar el piyama en el locker, subimos, en los pisos 4 y 5 estaban ubicadas las cápsulas, nos toco en el piso 5. En ese nivel había también un baño femenino, el masculino se ubicaba en el piso 4.

En el 3° nivel estaban las zonas de duchas, masculinas y femeninas.

Al llegar a la zona de las capsulas, nos indicaron cual sería la nuestra. Nos tocó una de abajo, en una esquina y al lado de una ventanita, lo cual consideramos bueno ya que pensamos que nos iba a dar claustrofobia y pensaba dormir con la cortina abierta y la cabeza para el lado de la “puerta” jaja Igualmente, no fue necesario!

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La «cama» estaba perfectamente tendidita, bien estirada y super, super limpia. Todo era un silencio impresionante… en un principio quedamos descolocados. Dijimos, como se supone que se hacen las cosas acá? Me visto dentro de la capsula? Tengo que bajar al locker cada vez que preciso algo? Y si está en la mochila? Tengo que ir a la recepción a revolver la mochila?

Con todas estas dudas, allá salimos, a revolver la mochila grande y sacar lo que consideramos que íbamos a necesitar para los siguientes días. La idea era dejar todo en el locker de “uso diario”…dado que era invierno, era un poco difícil meter todo el abrigo ahí dentro jaja pero nos manejamos.

Allá subí con mi “mochila de mano” rumbo a la capsula, con la idea de dejar algunas cosas e ir a bañarme. Y salí en crocs pronta para mi merecida y relajante ducha… error!

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Al entrar, lo primero que hay es como una antesala, donde están las piletas, lockers, lavarropas y un montón de cosas encima de las piletas que les voy a contar más adelante. Luego, hay una especie de puerta corrediza, detrás de las cuales una piensa que hay una zona de duchas normales, como a las que estamos acostumbrados. Mmm… no. Envuelta en mi toalla, con las crocs puestas, y con una bolsa donde tenía mi shampoo, crema, peine, jabón, etc etc, me dispuse a entrar a la “zona de duchas”. Para mi sorpresa, veo un jacuzzi grande con dos japonesas dentro, como dios las trajo al mundo, más una zona de duchas con dos duchas … sin separaciones… y la ducha con una altura como para que se bañara un gnomo…dije: “tiene que ser una broma”. Al lado de cada ducha había un banquito y una palangana chiquita. En uno de los banquitos estaba sentada una chica, bañándose como si nada. Todas charlando bajito. Y con música funcional de fondo. Realmente, parecía una broma.

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Cerré la puerta y me fui. Me sentí sapo de otro pozo. Había un cartel con instrucciones, pero no me fueron suficientes…Como se supone que tengo que hacer?? Cuando me meto en la bañera? Y que onda con el banquito? Si o si me tengo que sentar ahí?? Que asco! Abrumada por todo, volví a nuestra capsula. Gastón me miró y se rió. Le dije, yo no pienso bañarme ahí. Voy a esperar a que se vayan todas y veo como hago. No era un tema de pudor, sino de ridículo y amor propio. Quien me ve con este tamaño sentada en esos minúsculos banquitos, tirándome agua con una palangana? Donde va mi bolsa? Donde dejo mi toalla? No podía bañarme ahí.

Me enojé y me tiré en la capsula a ver tv…en japonés. Cualquier cosa era mejor que ese ridículo baño. Gastón fue a bañarse, y si bien su experiencia fue similar, los hombres están un poco más acostumbrados a este tipo de cosas… los vestuarios del club y partidos de fútbol son un poco más similares, salvando el tema del banquito jajaja. Debo decir que la zona de duchas para hombres es mucho mas grande, lamentablemente no tenemos fotos para mostrarles, pero Gaston da fe de que así es jaja

Medio incómodo el señor pudo ducharse y volvió feliz de la vida, diciéndome que no era tan grave, así que allá salí de nuevo, decidida a bañarme. Con mi bolsita y mis crocs, y mi toalla, y mi piyama, y todo mi campamento. Allá fui.

Por suerte, cuando llegué solo había una chica que se estaba yendo. Así que me dispuse a bañarme. Dejé mis cosas en el locker, y entré con mi toalla, bolsita y crocs. A ver, todos tenemos esa costumbre de ducharnos de chinelas en lugares públicos, verdad? Como no las encontraba, entré de crocs. A los efectos, era lo mismo. Allá puse mi bolsita en un rincón, y como pude me bañe con el duchero teléfono, que me llegaba a la cintura. El banquito no lo usé. La palangana y el jacuzzi, menos. Pero me di mi merecido baño. Mientras estaba terminando entró una chica y se horrorizó de verme con zapatos dentro de la ducha…creo que le dio bastante asco jajaja y en si, tiene razón.

Ya a la salida, me puse el piyama gracioso, pantuflas, y me senté ahí frente al espejo a peinarme y descubrir toooodos los productos que tenía ahí a disposicón, para mi libre uso. Espuma para peinar, peines (los sacabas de un lugar, los usabas y los ponías en una bandeja para su desinfección), cremas de todo tipo (para cuerpo, para rostro), tónicos faciales, algodón, demaquillante, lociones, perfumes… y la lista sigue. Debo decir que salí feliz de la vida, triunfante de mi baño jajaja

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Al otro día, mi experiencia ya fue mejor. Un poco teniendo consideración con sus costumbres, esta vez deje las crocs afuera. Realmente estaba todo muy higiénico. Esta vez cuando llegué había gente haciendo uso de las duchas. Vi que la palangana se usa para asearse antes de sentarse en el banquito, y el banquito también lo lavan. Antes de entrar al jacuzzi, lo mismo. Despues de que aprendí, me animé a bañarme a la japonesa, sin el tema del jacuzzi…no estaba preparada para tanto! Y si bien sigo prefiriendo el baño normal, está bueno animarse jajaja además, este segundo día dejé fuera también la bolsa. Únicamente fui con mi toalla, piyama y ropa, nada más. Todo lo que uno necesita para bañarse, lo tiene ahí a disposición. No hay nada que puedas necesitar que no esté allí.

Ahí mismo hay un canasto para dejar las toallas, y se puede retirar otra de la recepción.

A la salida de la zona de duchas hay una máquina dispensadora de comidas y bebidas, como en todos lados.

Otro tema es el de los baños. Ahí tienen a disposición cepillos de dientes descartables, pastas, tarritos chiquitos de enjuague bucal, artículos femeninos, jabón, todo. Hasta de nuevo, perfumes y lociones.

Al segundo día ya estaba encantada, y a no ser por los claros rasgos occidentales, era una japonesa más. Antes de subir me ponía mi piyama y dejaba en el locker toda la ropa. Ya no andábamos en zapatos con las pantuflas en la mano o viceversa. Tampoco subíamos y bajábamos setecientas veces.

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En cuanto al desayuno, si bien no estaba incluido, por una modica suma se puede desayunar allí mismo. El desayuno incluía café con leche, te o café; un jugo a elección, agua (todo de la máquina dispensadora, por supuesto), pan, mermelada y manteca, un fiambre extraño pero pasable, y una especie de ensalada de repollo, choclo y zanahoria media rara para combinar con el café con leche, pero se agradecía. Japon es caro así que había que aprovechar!

En el área común además de poder sentarse a comer, había wifi de uso libre, incluido en el precio; lo cual nos sirvió mucho para investigar cosas y planificar nuestros días allí.

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La zona de las capsulas es realmente muy silenciosa, todo el mundo trata de acatar las normas de que esa área es solo para el descanso. Todos los días, si uno deja la cortinita abierta, cambian las sábanas y tienden la “Cama”. Ver a las chicas haciendo este trabajo con absoluta prolijidad, es interesante. Como logran tensar las sábanas y doblarlas perfectamente, hacen un gran trabajo. También dejan piyamas y pantuflas nuevas.

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El balance general?

Vayan! Es una experiencia totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, y realmente, se puede descansar muy bien. Y no, no se siente la claustrofobia que uno piensa que va a sentir. Vale la pena conocer un lugar así, aunque sea si no se animan a pasar muchos días, quédense una noche, para ver lo que es!!

Despues, nos cuentan que tal les fue 🙂

Como yapa, les dejamos este videito con el tema del baño y las cápsulas, para que se hagan aun mejor la idea!!

Comentarios? Preguntas? Escribinos!!

Sobre el Autor

Karina

Viajera uruguaya, apasionada por descubrir el mundo... ¡y contarlo! Soy quien está detrás de estas letras en el blog y de nuestras redes sociales. Abogada y escribana de profesión, viajera de corazón.
Amo conocer nuevas culturas, lugares naturales únicos, vivir experiencias diferentes, y transmitirlo. Nuestra misión es inspirarte, llevarte con nosotros a conocer lugares nuevos, y darte toda la info que hemos ido aprendiendo para que puedas hacer ese próximo viaje. ¿Venís?

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4 Comentarios

  • Karina,
    Excelente el relato de la experencia en un hotel capsula. Con mi novia andamos buscando un capsula mixto para que podamos dormir juntos y este calza perfecto. Sin embargo no di con Kiba Hotel, me aparece otro. Tienes el nombre exacto? Reservaron por internet o llegaron directamente en Tokyo?

    Agradeceré tu ayuda!! Y nuevamente gracias por contarnos tu experencia!!

    Saludos desde Chile!

    Claudio Riquelme P.

  • Jajaja que chulada de relato! De verdad que la experiencia si lo vale, una cosa totalmente diferente pero es parte de la aventura de pasar por ese país. Gracias por el relato! 🙂

    • Muchas gracias Antonio!! Que bueno que te haya gustado 🙂 La verdad que si, fue todo una experiencia jaja Como tu decis, es parte de la aventura asi que lo vale al cien por ciento. Saludos!!